Género y poder en el antiguo Perú



-Seducción, género y poder en Dioses y hombres de Huarochirí
y la Nueva corónica y buen gobierno-

Publicado en la Revista de Sociología , Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM (Lima) 21 (2011):185-201.

Por Carolina Ortiz Fernández


I
El orden social que se configura en Dioses y hombres de Huarochirí, manuscrito épico lírico testimonial, poema en prosa escrito en quechua poco años después del violento encuentro, constituye uno de los más importantes legados de la memoria oral transcritos por Tomás, seudónimo de un acompañante indígena de Francisco de Ávila, extirpador de idolatrías. El manuscrito revela  que la organización social de Huarochirí, se basa en las relaciones de poder a partir del control predominantemente masculino - en su dimensión patriarcal- del hábitat,  por cuanto el jefe de todo cuanto existe: el territorio,  los ríos, las aves, las llamas,  las hermanas y hermanos, los hijos e hijas, la población y el ecosistema en general  es quien gobierna sus vidas. El padre /jefe del pueblo suele ser respetado porque es un hombre mayor que ha acumulado gran experiencia,  y por lo mismo sabio y valiente; por lo tanto un bienhechor con la capacidad de gobernar y guiar a su pueblo.

El padre / jefe del pueblo une a sus hijas con los hombres que tienen mayor control sobre el territorio y sobre otros  ayllus. El conjunto de saberes sobre el territorio y las ocupaciones que pueda tener el pretendiente le otorga la confianza necesaria para que pueda acceder a sus hijas.   El padre, jefe del pueblo será más poderoso si cuenta con hermanos que lo apoyen en las luchas y competencias que afronta con otros pueblos por la conquista de nuevos territorios en tanto requiere de tierras buenas para el cultivo, con suficiente abastecimiento de agua y lo necesario para la supervivencia de la población. Los hermanos velan porque sus hermanas  se unan a señores dotados de saberes y lo imperioso para vivir, rechazan a los  Quita Pariasca, quita nombra a los vagabundos y nómades que eran tratados con menosprecio porque no contaban con tierras ni saberes.  

Las mujeres  dependen de la energía, valentía y saberes de su padre guía, hermanos y hombres en general, pero en contrapartida al poder masculino en su dimensión patriarcal aprenden a soslayarla cuando descubren la posibilidad (el placer?) de seducir  como mecanismo de supervivencia  tanto suyas como la de sus ayllus, frente a otros pueblos  como veremos en el  relato a continuación: 

En aquel tiempo, vivía una mujer muy hermosa en el pueblo del que hablamos; ella se llama Chuquisuso. Un día regaba, llorando, su campo de maíz; lloraba porque la poquísima agua no alcanzaba a mojar la tierra seca. Entonces Pariacaca bajó, y con su manto tapó la bocatoma de la laguna pequeña. La mujer lloró más dolorosamente, viendo que la poquísima agua desaparecía. Así la encontró Pariacaca, y le preguntó: <<Hermana, ¿por qué sufres?>>. Y ella le contestó: “<<Mi campo de maíz muere de sed>>. <<No sufras – le dijo Pariacaca-. Yo haré que venga mucha agua de la laguna que tienen ustedes en la altura, pero acepta dormir antes conmigo>>.  <<Haz venir el agua primero. Cuando mi campo de maíz esté regado, dormiré contigo>>, le contestó ella. <<Está bien>>, aceptó Pariacaca, e hizo que viniera mucha agua. La mujer, feliz, regó todos los campos, no sólo el suyo. Y cuando acabó de regar los sembrados, <<Ahora vamos a dormir>>, le dijo Pariacaca.<<Todavía no, pasado mañana>>, le dijo ella. Y como Pariacaca la amaba mucho, le prometió de todo, porque deseaba dormir con ella. >> Voy a convertir estos campos en tierra con riego, con agua que vendrá del río>>, le dijo. <<Haz primero esa obra, después dormiré contigo>>, dijo ella. <<Está bien>>, contestó. (Arguedas  , 1975:46)

Pariacaca aceptó, “…agrandó la acequia de los yuncas –que antes había sido sólo una acequia muy pequeña que procedía de la quebrada de Cocochalla y llegaba hasta un cerro más arriba de San Lorenzo- y la hizo llegar hasta las chacras de los cupara de abajo.” (Taylor; 1999:89)
De este modo, Dioses y hombres de Huarochirí ; Ritos y tradiciones de Huarochirí en estos capítulos nos revela las continuas luchas por el control del agua, un  bien escaso e imprescindible para la vida y la reproducción social. Los yuncas eran menos afortunados, pues siendo  muy numerosos tenían un territorio pequeño situado en un área baja con muy escasa agua,  contaban con un acueducto muy pequeño. Pariacaca presiona a Chuquisuso para que duerma con él, pero ella a partir del arte de seducir “negocia” primero el riego de los campos, la mejora de la tierra con el abastecimiento seguro de agua. Sólo entonces Chuquisuso acepta dormir  con Pariacaca .  Le interesa asegurar la vida de su pueblo Chahuincho.  Una vez que logró la construcción de un gran acueducto  cumplió su promesa, duerme con Pariacaca; mas no tarda en convertirse en piedra al lado de la bocatoma del acueducto en señal de que su misión consistía en asegurar la vida de su ayllu, se convierte así en la guardiana del agua y su comunidad. Se cuenta que hasta la época en que se escuchó y se transcribió  el relato quechua, los habitantes de la comunidad solían limpiar el acueducto en el mes de mayo cantando y bailando hasta llegar al pueblo y terminar en una gran fiesta con abundante comida y baile que duraba toda la noche en honor a Chuquisuso. 
Las autoridades coloniales no  prohibieron este ritual, por el contrario se vieron persuadidos a participar activamente porque generalmente “…les vence el deseo de cantar y beber con los demás, hasta embriagarse. << He limpiado la acequia, sólo por eso voy a beber, voy a cantar>>, dicen, mienten al padre…”;  afirma en discurso directo el sujeto del enunciado. El padre, a quien hace referencia el enunciante, es un sacerdote  de cuya “efectividad” dependía la evangelización,  si era “efectivo” lograba que los habitantes olvidaran sus propias prácticas culturales, la mayoría no lo hacía ni dejaba de beber, continuaba ejerciendo las prácticas que querían ser eliminadas a escondidas. 

Se cuenta también de otras conquistas que nos ayudan a comprender  las relaciones de autoridad en el Huarochirí antiguo y cómo éstas eran contravenidas,  entre ellas la de los pueblos yuncas por Tutayquire, conquista que fue aplazada gracias a la seductora combatiente hermana de Chuquisuso:  “Una de las hermanas de la que llamamos Chuquisuso lo estaba esperando en su chacra con la intención de seducirlo; mostrándole sus vergüenzas y sus senos, le dijo: “Padre, descansa un poco; antes (de seguir tu camino), bebe esta chichita, este ticticito”.  (Arguedas, 1975:69)

De esta manera, Tutayquire y sus hermanos fueron seducidos a través del juego amoroso; las mujeres lograron desviar el propósito de estos guerreros evitando así la ocupación de su pueblo.  La seducción constituye el arte de persuasión que las mujeres aprendieron a desarrollar  para doblegar sugestivamente el poder del hombre/ padre, en este caso Pariacaca primero, más tarde Tutayquire y sus hermanos. Hermanos y hermanas constituye la nominación para interactuar con el prójimo. 

Si el ser y la existencia social supone relaciones sociales de poder, siempre hay espacios fronterizos en los cuales los dominados aprenden a recrear formas de resistencia y supervivencia y hacen trampas al poder. Lo que hace Chuquisuso y más tarde su hermana es quebrantar el poder de la divinidad  patriarcal  con el lenguaje corporal aprehendido como estrategia de supervivencia. No es claro si  Chuquisuso y su hermana contaban con suficientes hermanos que pudieran afrontar los ataques de otros pueblos. Lo que si aparece claramente es que su ayllu que pertenecía a los yuncas radicaba en una zona cuya escasez es evidente  y que no contaba con los suficientes saberes y tecnología.

II
El cronista Felipe Guaman Poma en su recorrido por el territorio  conoció el proceso de extirpación de idolatrías y apoyó las innumerables denuncias de despojo, represión y exterminio de la población indígena. Como él numerosos "indios ladinos", tales como, un discípulo suyo, “Don Cristóbal de León” (2) cuestionaron la pésima administración, el mal gobierno, la violencia sexual sobre las mujeres, el exterminio de los "indios" e "indias", los trabajos forzados a los que eran sometidos por los corregidores, los mecanismos de explotación en las minas, la tortura, el despojo de sus tierras que permitieron la opulencia de la corona como de la elites: gobernadores, curas, corregidores, encomenderos, entre otros: “De todo ello no lo escriben a su santidad ni a su majestad para remediarlo,  cada día va en más daño, hasta los religiosos quitan sus haciendas y se meten en sus casas y chácaras…” (Guaman Poma; 1993:375)  pero no solamente les despojaban de sus bienes sino  que les arrancaban persuasivamente o a la fuerza a las hijas y a sus hermanas doncellas para amancebarlas: 

Confiesa el padre. Cómo los dichos padres confiesan a las indias en casas de la iglesias y pila o sacristía, en cosas de oscura y sospechosas escondidijos {sic} a las indias solteras, por algún
 efecto y pecado de la fornicación, y de pecar con ellas, digo de castigo y buen ejemplo
 en este reino, que hay cristiandad…. (Ibídem: 463)

Los “padres de las doctrinas”, corregidores, encomenderos  utilizaban a las mujeres indias sexualmente y como servidoras en sus casas, en las iglesias y sacristías  durante  aproximadamente diez o más años, todo el tiempo que físicamente sus cuerpos les servían;  se llevaban a las jóvenes solteras a la fuerza y contra su voluntad las hacían sus concubinas,  igualmente a numerosas mujeres casadas,  a quienes tenían por cocineras y a sus maridos por yanaconas: “Como los dichos padres se sirven de los muchachos o yanaconas, o de las cocineras, diez años y más y no les paga”. (Ibíd.:463) 

Pero también se las arrebataban entre ellos, el cura, en tanto emisario de dios y del rey  se imponía; un fiscal atestigua que un padre verdugo lo castigó porque  “… tenía  una india amancebada en su casa y cocina, y así la tuvo; por ella le castigó y después de haberle castigado le pidió una hija suya que tenía y le dijo: que más honra tenía que fuese mujer del padre que no de un indio hatun luna tributario”. Tras un cúmulo de amenazas “…se la llevó a la hija doncella y la desvirgó de fuerza; y después de esto tornó a pedir a su hermana, otra vez, el cual no quiso, y así le azotó otra vez diciéndole que estaba amancebando”. (ibídem (461)

Los curas casaban a las indias e indios sin tener en cuenta su  voluntad con pretextos basados en las santas escrituras. Era la sanción que recibíansobre todo cuando los padres indígenas se negaban a entregar:  

…de fuerza a los indios solteros o solteras, contra su voluntad, apremiándoles y castigándoles con color de algún interés o porque no le quiso dar al padre, o porque está preñada del padre, o por 
querer fornicar con color de ella, tenerla depositada en la cocina o casa del fiscal; y así el 
casamiento del matrimonio, el primer sacramento, no es válido, y a culpa del dicho padre 
no hacen vida. Siempre están amancebados y descasados y se mueren 
sin servir a Dios.(Ibídem: 460)

Estas relaciones de dominación y explotación, amparadas en la doctrina patriarcal de la iglesia se ejercía a lo largo de todo el territorio colonial, así el cronista sostiene:  “Que un vicario Matamoros siendo vicario mandaba ajuntar a las dichas solteras y doncellas, con color de la doctrina  desvirgaba a todas, y tenía media docena de hijos y traíacargado de indios del pueblo en pueblo, después de muerto, mandó que todas llevasen luto y así lo llevaron”. Se sometía a la población a través de la sujeción sexual de sus mujeres. La idea de color, cuando dice: “con color de la doctrina” o “con color de algún interés” es equivalente a pretexto, razón o motivo aparente, que en este contexto se expresa en la doctrina patriarcal de la iglesia aunada a la emergente idea de superioridad biológica, física, intelectual, cultural  asociada a los estilos de vida, a la lengua, a los rasgos físicos, al linaje, a la constitución biológica y de la sangre supuestamente superior de los colonizadores; todas ellas articuladas al orden sociosimbólico patriarcal y a  la naciente economía mundo  que organiza el orden social colonial, lo cual les otorga el poder de imponerse, acrecienta e intensifica la relación colonial sobre la población indígena en general y con mayor prepotencia sobre las mujeres indígenas, negras y mestizas. 
El cronista usa la tecnología de la escritura como fuente de saber y poder, pero también los saberes provenientes de las fuentes orales que le habían transmitido la posibilidad del “bien vivir”, es decir de buen gobierno; según esto, en el Perú Antiguo, coincidentemente con Dioses y hombres de Huarochirí, las mujeres habrían tenido mayor poder de negociación en la vida cotidiana y en el gobierno. Se aprecia relaciones de complementariedad entre el inca y su pareja  y a mujeres gobernantas como Mama Huacco, sin embargo la centralidad suele estar en el hombre. Recordemos que en Dioses y Hombres de Huarochirí, el hombre mayor, que por su edad y experiencia adquiere sabiduría, es quien centraliza el poder. El conocimiento y la experiencia de los años otorga  poder. 

Todo esto se trastoca con el violento encuentro. El contacto directo que tuvo Felipe Guaman Poma con la ciudad letrada de la  administración colonial  le permitió sentir el peso de los mecanismos de explotación y sujeción, la opulencia de unos pocos acosta del genocidio y despojo de las tierras de los indios como él y la explotación sexual de las mujeres. La división sexual del trabajo se afianzó más y concentró a las mujeres  en el servicio doméstico. Los padres no se hicieron responsables de los hijos e hijas que procreaban.
La organización social  existente antes del encuentro violento  fue casi totalmente destruido y colonizado por el nuevo patrón de poder marcado por la naciente clasificación racializada de la población, el capitalismo emergente y por las relaciones de dominación patriarcal proveniente de la península ibérica; por eso, a partir de entonces las relaciones de dominio y explotación se hacen mucho más violentas; si la población no ibérica, los “indios”, sobre todo, son considerados “bestias productoras”, las mujeres “indias” y “negras” son consideradas como si fuesen naturalmente más inferiores por sus rasgos fenotípicos, sus prácticas socioculturales y su supuesta inferioridad biológica y sexual. No son como los hombres / seres humanos, sino hembras salvajes en estado de naturaleza,   convirtiéndose en objetos deshechables en la relación sexual. Además de las desigualdades etnoracializadas históricamente construidas, aparece la idea de bastardía y las desigualdades entre la esposa/virgen y la mujer destinada a la explotación y violencia sexual.

III
A fines de los años 60, el clima de cambio social por los movimientos de los derechos sociales,  culturales y los movimientos anti bélico contribuyeron a que se postule la igualdad social para todos. Mayo del 68 es un acontecimiento gravitante, la revolución cubana también.  El descubrimiento de la píldora anticonceptiva produjo un cambio histórico estructural. La maternidad ya no era una tarea para toda la vida, se empezó a posponer el matrimonio y la maternidad  en  Europa y en los Estados Unidos, y en el Perú sobre todo entre las mujeres de las clases medias limeñas. 
En el Perú, ante el proceso migratorio, el crecimiento de las urbes, la tugurización y las necesidades vitales de sus familias, las mujeres “no blancas” en los barrios populares no tardan en organizarse,  forman los clubs y comités de madres, más tarde de mujeres y también las primeras federaciones populares de mujeres. Crean y construyen escuelas, comedores populares, atención sanitaria y ambientales, siembran árboles. Buscan ingresar al mercado laboral pero como la escasez de oportunidades  laborales es evidente crean formas de supervivencia  de tipo mercantil, comunitaria o se ven presionadas a incrementar el servicio doméstico o como trabajadoras sexuales en relaciones  serviles.

El concepto de género y los estudios de género que aparecen desde los años 70 del siglo XX,  provienen de la medicina, de la biología, la historia, la sociología, la antropología, la teoría psicoanalítica, la lingüística, la filosofía; son las  organizaciones feministas creadas sobre todo por mujeres universitarias de las clases medias de la capital las que se encargan de su difusión desde fines de los 70 e inicios de los 80. El Centro de la Mujer Flora Tristán, fundado por Gina Vargas entre otras, ALIMUPER, fundado por Ana María Portugal.
La década de los 80 dejó hondas huellas,  un creciente pauperismo, crisis institucional, desconfianza en la política, violencia generalizada, conflicto armado que enuncia un ejercicio político centralizado en la dominación patriarcal, patrimonial y racializada de las relaciones sociales articuladas a las necesidades de acumulación incesante del capitalismo. Los movimientos populares de mujeres se articulan para supervivir, resquebrajando las fronteras de las dimensiones de lo público y lo privado, se politiza lo “privado”; como lo expresa una dirigente vecinal que solicita se conserve su anonimato.

Tanto los movimientos y organizaciones de mujeres de los sectores populares como las organizaciones feministas constituyen un pensamiento otro, “pensamiento del afuera” diría Foucault, porque supone pensar desde fuera del orden sociosimbólico patriarcal , pero habría que precisar que también desde dentro, desde los propios recodos del poder, desde la experiencia histórica de los dominados, en este caso las mujeres  de todos los grupos sociales pero que tienen encuentros y desencuentros a partir de un ingrediente que estaba ahí pero que se ocultaba, la colonialidad del poder, basada en la clasificación social que racializa las relaciones sociales entre ellas la división social del trabajo.  Las mujeres “no blancas”, sin derechos sociales, educativos, culturales, económicos, no sólo contribuyen en la manutención y el sostén de sus propias familias con formas de "autoempleo", sino que además en muchos casos eran servidoras de las mujeres  “blancas” y  hogares de los “blancos”. 

IV
En la reflexión desde las mujeres y no en nombre de la mujeres en las universidades, podemos mencionar el trabajo pionero de Violeta Sara Laffose en la Universidad Católica con su curso:  “Visión social de la mujer” a fines de los 80, unos años más tarde aparece el diplomado en género en esta misma universidad dirigido por las sociólogas Narda Henríquez, Patricia Ruiz Bravo, entre otras.  A fines de los 80, en las universidades populares, tales como la Universidad Popular Emilio Choy y agrupaciones culturales vinculadas al movimiento popular aparecen también por primera vez los primeros cursos que exploran la perspectiva de género, lo cual  influye en la búsqueda de  autonomía de la militancia femenina en las organizaciones vecinales, populares y partidos políticos.   
En los primeros años de los 90, a contrapelo de la visión exclusivamente clasista y eurocéntrica hegemónica en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se sustentaron las primeras tesis  que problematizaron y asociaron las relaciones de dominación etnoracializadas como de género, investigaciones que, entre otros factores, considero contribuyeron a  persuadir  a las autoridades universitarias para incorporar en los planes de estudio el curso de género en cada Escuela de la Facultad, lo cual se hizo realidad a partir del 2001; el 2003 se inició por primera vez el curso introductorio de Sociología y género en la Escuela de Sociología, de antropología  y género, de historia y género paralelamente se creó la mención en género en la maestría en Políticas sociales, a iniciativa de la historiadora María Emma Mannarelli.  

El plan de estudios propuesto el año 2009 estuvo a punto de eliminar los cursos de género en las Escuelas de Sociología, Antropología e Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,  con la solidaridad de las y los estudiantes, profesoras y profesores en general logramos su reconsideración. 

Todo concepto tiene historia. 
El concepto género ha sido ciertamente emancipador pero hoy en día es necesario  remarcar también sus limitaciones, veamos lo primero: 
En tanto concepto relacional entre varones y mujeres ha generado procesos de emancipación porque ha contribuido a:
Crear y producir conocimiento desde las mujeres y no sobre las mujeres porque son las mujeres las que toman la palabra, investigan, reflexionan,  quebrantando el principio de la relación colonial epistémica entre sujeto  y objeto de investigación de la dominación patriarcal como del eurocentrismo.  
Ha contribuido a que los géneros dominados (mujeres y diversidad sexual, LGTTB) sean sujetos y no objetos centrales en la investigación como de las políticas públicas frente a la violencia de género,  mas todavía hay mucho por hacer.
Ha contribuido a resquebrajar las fronteras disciplinarias y a reflexionar desde una visión inter y transdisciplinaria.
Ha comenzado a desmontar la teoría social, el conocimiento y el poder construidos desde la visión masculina, eurocéntrica, patriarcal y capitalista 
Ha contribuido a crear cuotas de participación política, las mujeres acceden a cargos públicos, conquistan espacios en el parlamento, en los partidos políticos, en las empresas,  en los movimientos sociales, en los espacios públicos en general, aunque  aún limitadamente.
Ha contribuido a abrir espacios para la diversidad sexual. 
Problemas y posibilidades
Siendo un principio de organización social de la dominación patriarcal, lo cual implica que la construcción  de las identidades genéricas abarca toda la experiencia y prácticas culturales de la especie en la vida social en general   ¿ha contribuido a cambiarlo?
SI y no. Se han conquistado espacios en el parlamento, en las empresas y en la actividad económica en general, en la política, en el mundo público y probablemente haya  grandes fisuras, pero la organización social patriarcal que centraliza la autoridad en una sola persona o en una minoría continúa hegemónica  en las instituciones sociales, sea la organización militar, eclesiástica,  educativa escolar y universitaria, empresarial, en  las organizaciones no gubernamentales, en  el imaginario social y en muchas ocasiones con rostro de mujer. 

¿Por qué?
A través de Dioses y Hombres de Huarochirí / Ritos y Tradiciones de Huarochirí  y la Nueva corónica y buen gobierno hemos podido  apreciar que  antes del violento encuentro, la autoridad de los pueblos del Perú antiguo  recaía en el padre /jefe del ayllo, a decir de Guaman Poma,  quien era  respetado en tanto hombre mayor de gran experiencia, sabio y valiente, por lo tanto un bienhechor con la capacidad de gobernar. Su experiencia y conocimiento le daba la autoridad necesaria para lograr la obediencia y sumisión de los pueblos conquistados en la búsqueda de agua y tierras para el cultivo. Si bien la idea de propiedad no existía en términos occidentales, la conquista de nuevos territorios significaba anexar las tierras necesarias para asegurar la alimentación y la vida de la población.  El jefe del ayllo se convertía en el padre guía, lo cual  da cuenta que el ser y la existencia social se ordenaba en torno a la relación patriarcal existente antes del violento encuentro, con  particularidades que merecen mayor exploración, puesto que también se aprecia relaciones de complementariedad entre hombres y mujeres y autoridades mujeres como Mama Huaco tanto en la Nueva corónica… de  Guaman Poma  como en Dioses y hombres de Huarochirí. 

El estado Inca descentralizó su comunidad jurídica  reconociendo de cierto modo las prácticas culturales de los pueblos conquistados, también dentro de una estructura ‘patriarcal’ en la que aparecen relaciones complementarias pero también de dominación, por cuanto la mayor parte de mujeres y los hatun runa no decidían sobre sus propias vidas. 
En el siglo XV, tras el violento encuentro, la expansión ibérica ocurre gracias a la explotación de “dos géneros de minas”, a decir de Clorinda Matto, la de los metales y las minas hablantes  de nuestros territorios (“indias” e “indios”), surgiendo así, como bien lo ha sustentado Quijano el patrón de poder basado en la clasificación racializada del  trabajo que desde entonces organiza también las relaciones entre los “géneros” afectando a todos y todas,  con mayor violencia a  las mujeres de todos los grupos sociales, en particular a las "indígenas", afrodescendientes y "mestizas", la clasificación racializada de las relaciones sociales afecta también el  mundo de las emociones y los afectos, la subjetividad, las estructuras históricas de autoridad, las maneras de entender, mirar, actuar, como de generar conocimiento.  

La dominación patriarcal, uno de los poderosos pilares del poder se afianzó con la colonialidad del poder sobre los cuerpos de los “no blancos” y la acumulación incesante del capitalismo que no cesó desde entonces. Dussel y Quijano, desde otro lugares de enunciación distinto al hegemónico, nos demuestran que la modernidad y el capitalismo nacieron juntos en 1492 gracias a la esperanza que despertó América.
Todo esto  afianzó la estructura monárquica patriarcal imperial y sus virreinatos, en los cuales, los “príncipes”/ señores patrimonialistas  y sus funcionarios se apropiaron de territorios, mujeres, bienes y privilegios  a cambio de obediencia y lealtad.  Con la racionalización capitalista imperial de las finanzas , la explotación minera y el desarrollo del comercio, la economía de subsistencia  coexistió con ellas y con  una administración “burocrática” que organizó violentamente la tributación obligatoria de los no blancos.
La explotación capitalista y la dominación patriarcal en curso se apoyó, desde entonces, en el cuerpo de  las mujeres, la economía doméstica y de susbsistencia.

Coda
En estas consideraciones finales no pretendo formular conclusiones exhaustivas ni definitivas, sino subrayar algunos problemas ya mencionados  para la discusión. 
El poder en todas sus relaciones y dimensiones, incluida lo que constituye una  sus columnas vertebrales, la dominación patriarcal se apoya en la dimensión simbólica, es tanto se establece a partir de categorías constitutivas de la clasificación  dominante que hace que se adopte,  inconscientemente,  el punto de vista dominante.

Las mujeres, aún las que han logrado mayores niveles de emancipación, lo mismo que los hombres disponen para pensar y pensarse de los instrumentos de conocimiento que incorporan la relación de dominio como una actitud natural. Estos instrumentos de conocimiento constituyen lo que Bourdieu denomina “…la economía de la fuerza simbólica” que al internalizarse en el imaginario mediante la inculcación de los cuerpos  se ejerce “como por arte de magia”, reaparece en la vida cotidiana en la intimidad, en el trabajo, en la práctica política, en la reflexión social, incluso en los más comprometidos con la transformación social. 

Los síntomas corporales de las relaciones de dominio, en este caso el orden socio simbólico masculino y patriarcal o mejor la violencia simbólica que promueve aparecen en el lenguaje, lo que sienta las bases de la cultura autoritaria. Esta inculcación colectiva autoritaria se reproduce a través de los actos comunicativos como algo “natural”; por ejemplo, algo muy comentado ha sido la práctica comunicativa de  Natalia Málaga, la  directora técnica de las voleibolistas para quien,  incluida también las jugadoras, la agresión es una forma de estímulo, con excepción de una.  Al revisar  internet, como lo señaló Jorge Bruce en una columna periodística, fue mayor el apoyo de los internautas que la reprobación, afirmaron estar de acuerdo en la manera de cómo Málaga estableció su relación comunicativa, aprobaron la agresión y la violencia: “ hay que ponerle huevos”, “no se caguen en los pantalones”; esto es la inculcación y el sometimiento a la violencia que se internaliza desde la niñez en la familia, en la estructuración histórica de la masculinidad, en la mayor parte de colegios, en los video juegos,  en la estructuración del espacio,  en la política. Esto supone que el orden social requiere de mano dura, de relaciones autoritarias,  “machas”, dictatoriales. 
El cuerpo y los gestos de las voleibolistas que se trasmitieron en aquella ocasión por la tv, son de sumisión, acatamiento,  alguna lo rechazó, para luego retractarse, se comentó que temía quedar fuera de la selección. Pero esto no sólo ocurre en los ámbitos deportivos, sino también en la  política,  recordemos a las mujeres “empoderadas” que trabajaron junto a Fujimori o a Abimael Guzmán,  todas reprodujeron la obediencia al jefe /amo, estratega, maestro y guía que lo sabe todo. Las “liderezas” fujimoristas o vinculadas a Sendero Luminoso, entre otras, todas ellas avalaron el autoritarismo del jefe y patriarca,  reprodujeron y reproducen en los espacios públicos de su jurisdicción la dominación masculina con rostro de mujer. 
La estructuración del espacio también reproduce el orden sociosimbólico patriarcal y las desigualdades socioculturales que internalizamos como algo natural, podemos apreciarlo cotidianamente, entre otros, en la división del trabajo manual e intelectual. 
Como sabemos, la educación a través del lenguaje, en sus múltiples expresiones, desplegado por las instituciones educativas, los medios de comunicación, los videojuegos, la religión, los agentes de socialización en general contribuyen a construir  el cuerpo como realidad sexuada y como depositaria de categorías de percepción y apreciación sexuante dentro de los patrones de la dominación patriarcal. Se inscribe en el cuerpo con principios jerárquicos de la taxonomía dominante, constituye algo así como un programa de  cómo debemos ver,  actuar, sentir, amar y reproducir el ordensocial. Muchas veces,  el sentir emancipatorio de los procesos de descolonización y  la descolonialidad es traicionada por el lenguaje del cuerpo.  
La dificultad en la gesta de formas de autogobierno, el esperar que haya un padre, una madre, un guía, un maestro, un estratega, un jefe de partido, un teórico, un salvador, que  ordene y tutele la sociedad, nuestras vidas y  el saber, entre otros factores, también es una expresión de la dominación y educación patriarcal. Necesitamos fortalecer las autonomías individuales y colectivas, lo cual no supone negar la “autoridad” si no más bien entenderla como alguien que acompaña en relaciones desconcentradas /socializadas de poder que permita la formación autónoma e interdependencia saludable de las gentes y colectivos.

El concepto de género puede ser menos emancipador: 
Si no contribuye a desconcentrar y democratizar el poder que suele estar centralizado en una persona o una elite, generalmente “blanca”, masculina y letrada en toda institución y relación social.  Si no se cuestiona al mismo tiempo el patrón de poder de la dominación basada en la clasificación etnoracializada, las relaciones entre el capital y el trabajo, las relaciones de dominación sobre la Madre tierra,  la violencia simbólica, porque el orden sociosimbólico patriarcal como de género estructura histórica y relacionalmente y es estructurado por todas estas relaciones; no se trata exclusiva y únicamente de la relación entre varones y mujeres, sino que implica, insisto, el ejercicio de poder autoritario o tutelar en toda institución social, en lo  jurídico, militar, eclesiástico,  educativo, epistemológico,  religioso, en la política, en la economía, en el lenguaje y lo simbólico, en el control de los sentidos y los afectos, etc., que lo sostienen. Mafalda lo ha comprendido bien cuando señala que el gran problema es que todos quieren ser el padre, todos y todas? ansían mandar, ejercer concentradamente el poder. 

La epistemología eurocentrada,  también es una expresión de la ego-política del conocimiento, tomo aquí una expresión de Grosfóguel,  asociada a la visión masculina, “blanca” y letrada. La teoría social y la mayor parte de enfoques han sido construidas  desde esa mirada.   

La epistemología eurocentrada,  masculina, “blanca” y monocultural impuesta universalmente tiene una hondísima fisura, pero aún es un conocimiento que equivale al ojo de Dios padre o de la madre patriarcalizada. La dominación masculina y patriarcal, eurocentrada, racializada y el capitalismo exigen  la conformación de culturas/economías autoritarias. Por la experiencia vital de las mujeres y en acuerdo con Bourdieu, considero que el género es lo que se podría llamar campo primario de articulación del poder porque estructura la percepción y la organización concreta y simbólica de toda la vida social, incluida las ciencias sociales. Por eso, necesitamos que en todas las instituciones educativas, entre ellas las universidades, en sus planes de estudios y en todas las asignaturas se promueva la perspectiva de género con una mirada intercultural descolonial. Para poner un ejemplo, todavía es posible observar que en cursos tales como Introducción a las Ciencias Sociales, Educación intercultural, Problemática Nacional, Metodología de la investigación etc., están ausentes las mujeres y las visiones no eurocéntricas . En Teoría Social I, en el caso sanmarquino, se suele reflexionar sólo en torno a los clásicos Marx, Weber, Durkheim, urge visibilizar las reflexiones y propuestas de Flora Tristán, Sojouner Truth, Olympia de Gouges, Mercedes Cabello, Clorinda Matto y a intelectuales no europeos como Felipe Guaman Poma, entre otros, lo cual supone transformar nuestra mirada en torno al proceso de conocimiento y a lo que se suele concebir como ciencia.

Otro aspecto a considerar es que si bien se viene entendiendo que la división sexual y genérica de las relaciones de  poder establece el control  desigual  sobre los recursos materiales y simbólicos; esto no supone que debamos hacernos absolutamente “iguales” a los hombres en tanto se suele pensar que la política de “igualdad”  puede concluir con la dominación masculina y patriarcal, por el contrario, si nos hacemos “iguales” a los hombres en el horizonte de sentido de la dominación patriarcal y del capitalismo,  no se hace sino adquirir y repetir sus relaciones de dominación con rostro de mujer. Si se quiere transformar y democratizar radicalmente las relaciones sociales autoritarias o tutelares de la dominación patriarcal,  del capitalismo y la colonialidad, las políticas de igualdad no se pueden sostener sin la diferencia (que no es lo mismo a  desigualdad).   Las mujeres, los hombres solidarios y la comunidad LGTBBI que tenga aspiraciones semejantes tienen que marcar la diferencia; es decir, otras prácticas y horizontes de sentido. 

Como hemos visto, las relaciones entre hombres y mujeres y la naturaleza se implica históricamente en la constitución del propio poder, desde el siglo XV también  equivale a la racialización sexual y social del trabajo y a la mirada hegemónica del eurocentrismo articuladas por el capitalismo ( entre otras relaciones sociales de poder) porque no podemos olvidar que el poder es plural  como lo señalara Roland Barthes hace varias décadas y la bella Chuquisuso hace más de 500 años;  pero como también lo demostró Chuquisuso podemos hacerle trampas  y desconcentrar poder. 

Notas:
2. Don Cristóbal de León perteneció al ayllo Omapacha del pueblo de San Pedro de Queca en la provincia de Lucanas, fue "defensor de los indios", denunció el maltrato y la violencia ejercidos por los corregidores, encomenderos y clérigos; fue perseguido, torturado, hecho prisionero y amenazado de ser ahorcado. (Guaman Poma,1993: 382)
3. Véase: "Mutar la vida para el bien vivir y el buen convivir en la nueva corónica y buen gobierno, su legado a la teoría social", Carolina Ortiz Fernández, en Contextualizaciones latinoamericanas, 3 (2010) año 2.

Obras citadas
Arguedas, José María; (traductor) Dioses y hombres de Huarochirí, México, Siglo XXI, 1975 [1966].
Barthes, Roland; El placer del texto seguido por lección inaugural, Siglo XXI, 1989. 
Bourdieu, Pierre; La domination masculine, Paris, Seuil, 1998. 
Dussel, Enrique; “Europa, modernidad y eurocentrismo”. La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires, CLACSO, 2000, pp. 41-53.
____ “Eurocentrismo y modernidad (Introducción a las lecturas de Frankfurt”, Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo, Buenos Aires, Ediciones El Signo/ Duke University, 2001, pp. 57-70.

Grosfoguel, Ramón; entrevista de Alen Lauzan Falcón, en Polis, Revista de la Universidad Bolivariana  (Santiago de Chile), 5.18 (2008):1-11

Guaman Poma, Felipe; Nueva coronica y buen gobierno. Lima, FCE, 1993

Ortiz Fernández, Carolina; “Mutar la vida para el bien vivir y el buen convivir en la Nueva corónica y buen gobierno, su legado a la teoría social”, en Contextualizaciones Latinoamericanas, (México)2 (2010).
____ “¿Qué le debemos a Clorinda Matto y a Mercedes Cabello? Mujeres y Poder en el siglo XIX”, en Sieteculebras. Revista Andina de Cultura (Cusco) 27 (2010): 46-51.
____ La letra y los cuerpos subyugados. Heterogeneidad, colonialidad y subalternidad en cuatro novelas latinoamericanas, Quito, UASB, 1999 (1997).

Quijano, Aníbal; “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. La colonialidaddel saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires, CLACSO, 2000, pp. 201-246.
____ “Colonialidad del poder, cultura y conocimiento en América Latina”, Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo, Buenos Aires, Ediciones El Signo/ Duke University, 2001, pp. 117-131.

Taylor, Gerald; (traductor) Ritos y tradiciones de Huarochirí, Lima, IFEA/ Universidad Ricardo Palma, 1999.
(Lima, noviembre 2010)

Texto publicado en la Revista de Sociología , Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM (Lima) 21 (2011):185-201.

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