Poemas de Carolina O. Fernández



Carolina O. Fernández (Carolina Ortiz Fernández)



Tallando el Lenguaje


A  María Liseth Zenepo Sangama


Tiene 80 años  y  hermosas vasijas de barro  han brotado de sus manos María Liseth  Zenepo Sangama vive en Chazuta y ha transmitido su saber arte/sano como lo hicieron su madre y su abuela a las mujeres de Chazuta


Ellas utilizan el rodete para tallar el lenguaje

con la llunguna  modelan 

la hondura de su aroma


Un zigzag de líneas y curvas  serpentinas

diseñan el tiempo porque el tiempo 

no es lineal sino serpentino 

tiempo del café nuestro de cada día

tiempo de la  memoria corporal

de la Tierra que habla 

y me habita


La  fragilidad de los años desaparece con seguros trazos en la arena  Conversamos sobre el horizonte azul  que nos acompaña y la honda herida de sus aguas  María Liseth me enseña  la policromía de las aves   El sosiego irreverente de sus manantiales sublevados ante el ataque de modernos piratas


Me enseña a no perder la sonrisa afable

aún a costa del herir incrustado de añoranza

me enseña que las culebreantes líneas son los ríos

las escalinatas las jerarquías

en cada trazo se siente el olor del cacao

en cada trazo sus manos dan forma a los afectos 

y a los imponentes andes orientales


María Liseth pinta la arcilla con sus cabellos blancos

pinta a la abuela Cocama que sufrió la explotación del caucho

y a sus hijos torturados 


Al final del día limpia la cicatriz  el azar

la ortografía  las cerraduras

limpia la lámpara las leyes inexistentes

del poema


Chazuta, 25 de julio 2015



Carolina O. Fernández

De: No queremos cazar la Noche

Hipocampo Editores, 2019.





Escribirás usté esto?

Escribirás usté esto?

Me llamo Eulogia. Soy
de Accomarca,
un pueblo hecho cenizas.
¿Me amaron? ¿Preguntas?
Si, me amaron como a las hojas
verdes, como a mis terneritos
y a los granos que
sembramos.
Yo los amé y los amamanté
con este mi corazón
con esta mi cabeza
y mis pechos. Yo quiero
contarte, quiero que
escuches la verdad de mis
adentros: fue una madrugada
de oscuro invierno; desperté
con los balazos que arrancó
mis ojos, con un gran
dolor allí
allí abajo.
Yo hija de Tránsito y
Eulogio
quiero contarte:
Esa madrugada
me ataron y uno
a uno entró, agujereó
cada vez más mi cuerpo.
Fueron degollados,
desplumados
mis animalitos. Mi
hiijo y mi Ruperto
agonizaron en
mis brazos.
Escribirás
¿escribirás usté esto?
Carolina O. Fernández, en: Un gato negro me hace un quiño, Hipocampo, 2005.

Video corporización poética de "Entre la umbría y la eternidad" de Carolina O. Fernández, en Casa de la Literatura Peruana gracias a Eduardo Gutierrez, Edú Gutierrez Perea y a la Revista Canto General https://www.facebook.com/proyectocantogeneral/videos/1761808603885916



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