OTROS HORIZONTES DE SENTIDO




Otros horizontes de sentido antes de perderlo todo

Por: Carolina O. Fernández

Foto: WALAC


Foto AFP

Muy doloroso lo que viene ocurriendo en los hospitales, en las cárceles, en las calles, el éxodo de numerosa población en las carreteras de nuestro país, 167,000, según cifras oficiales; las condiciones gravísimas de numerosos hogares que no pueden asumir el aislamiento doméstico, la convivencia de niñas y mujeres con sus agresores, la grave situación de las comunidades y pueblos de la Amazonia.  

Hace 100 años, en 1920, Mariano Hilario Cornejo en su Exposición de Motivos del Código de Procedimientos en Materia Criminal denunciaba las condiciones de las cárceles <<antros oscuros y húmedos donde se hacinan extrañamente confundidos inocentes y culpables, en doble número del que pueden contener, ha suprimido esa única concesión al espíritu de justicia y humanidad, y ha agravado el martirio de otras épocas, porque su término está fuera de la voluntad del inocente, que ni aún confesándose culpable logra libertarse de la prisión intolerable y homicida. Una reforma que ponga término a este deplorable estado de cosas, reviste los caracteres de la más extremada urgencia.>>

La vida republicana en los casi 200 años no ha cambiado mucho las pésimas condiciones sanitarias, carcelarias, laborales, educativas, a pesar de que en las últimas décadas cada gobernante se vanagloriaba de estar próximos al primer mundo a costa de la ecodepredación minera, la acaparación de tierras para monocultivos, la concentración de la riqueza, la precarización del trabajo, la corrupción, el pésimo transporte público, con el consiguiente incremento del hacinamiento en las urbes, los problemas de salud mental y la violencia de género. 

Es una impostura, pensar que la solución es exclusivamente la <<guerra>> contra el covid 19, porque lo que está matando es el capitalismo salvaje, el covid 19 no es más que la creación de su propia contradicción a partir de la nefasta concepción de desarrollo en el Perú y el mundo y lo gravísimo es que no será la única pandemia porque la crisis es total . 

En el año 1933, el médico peruano Manuel Núñez Butrón, según refiere el médico Hugo Arroyo-Hernández, creó un sistema de atención sanitario orientado a las poblaciones indígenas y campesinas de Puno, que generó un movimiento regional al que llamó rijcharismo, palabra que viene del quechua rijchary (despierta) y que se extendió a la salud, la educación y el trabajo, fue una de las primeras experiencias de atención preventivo- promocional en el Perú adelantándose a lo que décadas más tarde se llamaría “atención primaria de la salud”. Núñez Butrón organizó en brigadas sanitarias, o rijcharys, a curanderos, herbolarios, exsoldados de la región, quienes iban a las comunidades a pie o en moto, para compartir prácticas de cuidado de la salud en una época de tifus y viruela. Juntos fabricaban jabones, desinfectaban habitaciones y conversaban sobre cómo prevenir las enfermedades y la importancia de la vacunación.
La propuesta de Núñez Butrón no habría tenido efectividad sin la participación efectiva de las comunidades del Altiplano.

De manera semejante podemos recordar la labor pedagógica de José María Arguedas en Sicuani a quien no le sirvieron las instrucciones monoculturales del Ministerio de Educación sino su propuesta intercultural que partió revalorando los saberes y prácticas culturales propias de los pueblos de la región.

En los asentamientos humanos y barrios populares en Lima que surgen desde los años 40 del siglo XX, las mujeres ejercieron y ejercen el cuidado familiar y vecinal, formaron brigadas de salud , las ollas comunes y comedores populares, fueron impulsoras para la creación de escuelas y las economías populares. Por qué no trabajar con estas formas de organización popular?

Hoy, numerosos jóvenes se reúnen en pequeñas unidades artesanales, agropecuarias, artísticas, de salud, de manera cooperativa o comunitaria y existe en nuestro país Gobiernos Autónomos como el Wampis que vienen fortaleciendo sus principios y valores de convivencia comunitaria a fin de defender su derecho a la libre determinación para lograr el Tarimat Pujut/ Vida Plena.
Estas son algunas prácticas de lo que se denomina economía del cuidado y del Bien vivir que se basan en el ayni, la ayuda mutua, la reciprocidad, el respeto a la Madre Tierra, son relaciones sociales existentes que suelen pasar desapercibidas, entonces me digo no todo es corrupción y egoísmo y me levanta el ánimo que muchísimas veces pierdo.


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