Los zapatos de Biancciotti de Carlos Calderón Fajardo

Los zapatos de Biancciotti de Carlos Calderón Fajardo (1)



Por: Carolina O. Fernández





Carlos Calderón Fajardo (Juliaca, 1946-Lima, 2015), narrador, ensayista y sociólogo peruano, que compartió la creación literaria con la docencia durante veinticinco años en la Universidad Nacional de Ingeniería, obtuvo numerosos premios pero siempre estuvo ajeno a la publicidad canónica. En 1974, ganó el concurso de cuento José María Arguedas. Unos años después, su novela  La colina de los árboles, obtuvo el primer lugar en el concurso Unanue. En 1984, ganó el premio Gaviota Roja  con la novela  Así es la pena en el paraíso. En 1985, logró el premio Hispamérica de cuento, organizado por la Universidad de Maryland. El 2006 fue finalista del Premio Tusquets de novela en España. 

Uno de sus libros más celebrados es la notable novela policial La conciencia del límite último, publicado en 1990. El libro póstumo que nos convoca hoy, Los zapatos de Bianciotti,  publicado por la editorial Narrar, constituye  algo excepcional. Son 50 microrrelatos que desbordan  ingenio y sabiduría y que han sido compilados y publicados gracias al empeño de su hijo, el poeta Pablo Salazar Calderón. El último cuento,  magistralmente narrado, constituye el título del libro.


Calderón Fajardo desde  el terreno de lo fantástico, mediante la ironía y el humor, hurga  finamente la relación entre los sueños y los deseos no siempre ocultos, la importancia simbólica de los objetos, las fronteras entre la fantasía y lo real cuyos límites se atenúan, interfieren o eliminan. En <<La pesadilla del Nobel>>, <<El síndrome de Bram Stoker>>, <<El pavo real>>, <<Los impostores>> explora con suma habilidad la relación entre el deseo de gloria literaria y la derrota. Veamos:


"LA PESADILLA DEL NOBEL"

Anoche tuve una pesadilla horrible. Soñé que me llamaban de la Academia Sueca para informarme que se me había otorgado el Premio Nobel de Literatura, pero la pesadilla consistía en que yo tenía la cara de Sartre y no la mía. En mi sueño no pude hacer nada para evitar que Sartre rechace lo que yo no quería rechazar. Luego de despertar fui a la cocina y me comí un tamal que tenía guardado en la refrigeradora desde el domingo. Mi madre siempre me dijo que no hay que botar la comida.


En el sueño/pesadilla, la relación simbólica entre la norma materna de no desperdiciar los alimentos, se asocia a la norma paterna de ser el elegido,  cómo  desdeñar el premio Nobel  como lo hizo Borges, si en lo más profundo de su ser lo ansía.  Las ansias de reconocimiento literario que se configura en el  inconsciente es traicionada por la <<realidad>> simbólica. El poder de los objetos radica en el poder símbolo del premio Nobel.


Los objetos adquieren un poder crucial que contribuyen a diseñar cambios drásticos en nuestras vidas de manera muy sofisticada y subliminal. En el relato <<Celulares>> y <<Astralicus>> Calderón Fajardo plantea la relación estrecha entre vida, subjetividad, tecnología y los omnipresentes valores globales de poder, veamos el primero:


<<Celulares

Ella era atrevida, el desparpajo; yo, la aprehensión y un tímido incurable. Ambos éramos esclavos de los celulares. Me llamó para decirme que me quería dar un regalo. Lo vas a apreciar mucho, dijo. ¿Un regalo? Nos citamos en un café del centro. Llegó puntual. El regalo era un celular de una gran sofisticación. El resto se lo pueden ustedes imaginar. Ya no volvimos a vernos más, no fue necesario. Todo lo hacíamos a través del celular.>>


Este breve relato, nos trae a la memoria la película She, pero a diferencia del film de casi dos horas de duración, este  brevísimo relato  en concisas y precisas palabras configura uno de los  problemas cruciales  -en una época de grandes transformaciones mediáticas y tecnológicas-, de cómo  el desarrollo tecnológico  normado por los valores y estructuras histórico globales de poder pueden  hacer insostenible la vida, porque si bien por un lado tenemos la posibilidad de comunicarnos inmediatamente a cualquier parte del planeta y de estar continuamente informados; por el otro, puede contribuir a esclavizarnos  sin darnos tiempo para vivir la vida en plenitud con la gente que amamos, ya que incluso el goce erótico y la sexualidad pueden quedar reducidos a la mera virtualidad.

De esta manera, Calderón Fajardo da cuenta de  la configuración de sujetos  e imaginario sociales  convertidos en máquinas de deseos  conducentes a la banalidad, atrapados por la vorágine  del consumismo convirtiendo al ser humano, como él lo denomina, en un <<monstruo astral>>capaz de devorar la basura y los fast food y perder lo principal, la alegría de vivir. 

Un informe muy revelador de  investigadores de la Universidad de Maryland, revela que una mayoría de estudiantes, en diez países, se sintieron angustiados cuando intentaron no usar  sus dispositivos durante 24 horas y que una de cada tres personas preferirían renunciar al sexo que a sus móviles. Sobre esta problemática, sabemos a través de Manuel Castells que <<Hoy en este planeta de 7.600 millones de personas, más o menos, hay 7.000 millones de números de teléfonos móviles.>> 

En una sociedad organizada desde la avaricia, esta información es fundamental, pues si bien los Estados aspiran a controlar y vigilar, a las grandes empresas de comunicación digital les interesa convertir el conjunto de lo que hacemos durante las 24 horas incluidos nuestros sueños en referencias a vender,  si se seca la fuente de datos en que se convierte nuestra especie, <<entonces se seca la fuente de ganancia>>.  Existen varios estudios sobre esta problemática, el mérito de Calderón Fajardo es que a través de este breve y sugestivo relato, plantea un fenómeno social y psicológico contemporáneo.


Otros cuentos abordan  la contradictorio de la condición humana, la crítica de lo seudomístico en <<El escogido>> o en <<La piedra>> o la crítica a los crímenes y la violencia política en <<Rebuzno>> , <<Los libros rojos>> y a través de ellos su crítica al autoritarismo, el genocidio, la concepción de revolución, la soledad y los libros prohibidos.  

El libro hace guiños a películas admirando en ellas su poder decir, en esa conjunción de ética, estética, los afectos y la política, más de lo que pueden precisar las ciencias sociales. El yo actante rememora  la película Dulce pájaro de la juventud dirigida por Richard Brooks inspirada en una obra de Tennesse Williams citando a Paul Newman: <<La diferencia entre  los hombres no es entre ricos y pobres, si no entre los que tuvieron amor y los que no lo tuvieron>>

Lo que recorre el conjunto de relatos  está constituido por los límites borrosos entre la ilusión y lo real y de modo magistral en <<Qué me esperaba en la dirección que no tomé>> y en  <<Los zapatos de Biancciotti>>.

La primera es una frase de Kerouac a modo de interrogante que en algún momento nos hacemos o  imaginamos percibiendo lo que pudo ser y no ha sido: <<Ayer imaginé que había logrado irme de mi país>> o  que habría ocurrido si hubiésemos tenido una madre o padre distintos o ver hecho realidad un matrimonio distinto al que tenemos o la casa de playa que nunca y pudo ser o la imagen de nuestra propia muerte. 

En Los zapatos de Biancciotti, se explora el poder simbólico en los objetos en tanto vehículos de la memoria. El par de zapatos  fueron un regalo de hace más de 30 años, en ellos se dibuja el tiempo y se reencuentran  épocas y tiempos distintos, contado a partir de un clima que sorprende y enternece. 


Obras citadas

Brody, Jane. 2017. Adictos a nuestros celulares, New York Times, 17 de enero.

https://www.nytimes.com/es/2017/01/17/adictos-a-nuestros-celulares/

Calderón Fajardo, Carlos. 2019. Los zapatos de Biancciotti, Lima.

Castells, M. 2019. “Ya estamos en una sociedad red”, Fundación Gabriel García Márquez para el nuevo periodismo Iberoamericano, 27 jun.

https://fundaciongabo.org/es/blog/convivencias-en-red/ya-estamos-en-una-sociedad-red-manuel-castells


(1) Texto leído en la presentación del libro el 2015.





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