Otredad de Flor de María Pachari
Otredad (2021) de Flor de María Pachari (Arequipa, 1985) tiene en sus versos la vitalidad del rock y la energía espiritual del soul, las huellas de Amy Winehouse y Héctor Lavoe.
Para tocar el difícil tema del amor, sus encrucijadas, sus hechizos, su ironía, fluye un yo poético de mujer apasionada, exigente consigo misma, que se niega a ser absorbida por la modernidad y el patriarcado destructivos. Se sienten las melodías del cuerpo y sus formas de supervivencia, su hartazgo y su fortaleza sedienta de justicia, un alma poética que, como bien dice en uno de sus versos, se trata de una "niña de cristal con brazos de hierro".
II
Te recuerdo,
como aquel insípido cuadro
colgado en la pared de nuestra casa
el cual cambiabas de posición
de cuando en cuando.
Yo prefería los cuadros de Dalí
pero tu, compraste tus caballos
quizás siempre fue así
mi opinión valía menos
que un billete rosado
sin embargo, reconociste mi buen ojo
para las artes,
aún así, decoraste la casa a tu gusto
tal vez, pasé a ser un adorno más
ese que habrías intentado desechar
en algún momento.
Pero reflexionaste,
las obras de arte
incrementan su valor
con el paso de los años.
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No soy más que la esbelta mujer
que todo hombre desearía
tan solo soy, la dama que tomarás del brazo
ostentar una posición de poder.
Y por las noches somos dos barcos
separados por un Iceberg
y tan solo abrazo mi almohada,
mientras tú, buscas calor en otro hombre.
Embrión
Habitas en mí
como lo hacen
mis vertebras,
entrañas y
vísceras.
Esperma – óvulo
Cigoto
Embrión
Feto
Ser.
Al estado no le interesas
porque no tributas,
pero apenas respires
te cobrarán el aire,
el espacio que ocupas,
y hasta la leche que amamantas.
Porque no eres más que materia
hecha carne,
y la carne en un sistema capitalista,
tiene un precio.
Pequeña partícula,
gravitando en el firmamento infinito de mi vientre,
creces como una estrella incandescente
creces y devoras todas mis frustraciones.
Creces y te conviertes en ese universo
de placenta húmeda,
creces y debo destrozarte
en cada pujo, al parirte
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